Parece evidente que existe una civilización europea, para François Guizot (político y liberal del s. XIX) esta se había creado en los siglos que siguieron a la caída del Imperio Romano, o lo que es lo mismo, a lo largo de la Edad Media.
Mapa de Europa de Abraham Cresques S.XIV |
Pero el término "Europa" se acuñó comparativamente tarde, pues ya hacia el siglo VII a.C., se hacía referencia al término en Grecia, primero como mito ( Europa, la princesa fenicia que Zeus raptó y llevó a Grecia) y enseguida como término geográfico, para designar a los territorios que se extendían al oeste de la propia Grecia. Pero a pesar de ello, su uso fue casi nulo a lo largo de la Antigüedad clásica y muy escaso antes del s. VII de la era cristiana.
Cuando empezó a utilizarse en la época carolingia (siglos VIII-IX) Europa significaba ante todo la unidad del Occidente cristiano. El propio Carlomagno concibió su imperio no como una unión europea, sino como la restauración, desde una óptica cristiana, del Imperio romano de Oriente y Occidente.
El término Europa, cuyo uso en sentido geográfico fue extendiéndose a lo largo de la Baja Edad Media, realmente no desplazó, en el lenguaje europeo, al de la cristiandad hasta la Edad Moderna (siglos XVI y XVII). Europa además no fue una comunidad cultural plenamente unitaria pues la división del Imperio romano terminó por crear dos mundos diferentes: Roma, la cristiandad occidental, y Bizancio la Europa ortodoxa. Rusia, que empezó a individualizarse en la historia a partir del siglo IX fue siempre solo parcialmente europea. Europa, como el continente que se extiende del Atlántico a los Urales, fue una definición que sería acuñada por la geografía del siglo XIX.
Así pues, la cultura grecorromana y el cristianismo fueron los dos pilares fundamentales, aunque no los únicos, de lo que se acabaría por llamar Civilización Europea. Lo que acabaría siendo Europa se iría gestando a partir de los siglos IV-VIII de la era cristiana, al hilo de la interacción de la transformación del Imperio romano tardío, las migraciones de los pueblos germánicos, el desarrollo de Bizancio, la expansión del cristianismo, la experiencia de las comunidades judías, la aparición del islam y el nacimiento de estados y naciones occidentales.
Para el historiador Henri Pirenne, sería la expansión del islam por el Mediterráneo lo que puso fin a la unidad del mundo antiguo y no las invasiones germánicas, lo que pondría fin a la unidad del mundo antiguo y separó definitivamente Oriente de Occidente. Y de la alianza entre el Imperio de Carlomagno y el papa que, como respuesta a la situación se creó en Occidente, daría a Europa su nueva y definitiva fisonomía, bajo el dominio de la Iglesia y el Feudalismo.
Pese a que el Imperio de Carlomagno fue efímero, éste unificó en el año 800 buena parte de la cristiandad occidental, un proyecto de imperio universal cristiano, con capital y corte en Aquisgrán, donde reunió a un importante número de hombres de letras de toda Europa, que dejaría una permanente huella en la política de la Edad Media.
Las Cruzadas, peregrinaciones, catedrales fueron a si mismo empresas "europeas".
Mapa de Europa en el año 1500 |
El renacimiento económico que parte del continente experimentó entre los años 1000 y 1300, debido a las nuevas técnicas de explotación agrícola, el desarrollo de la artesanía, la minería y la producción de paños y tejidos, el aumento del comercio, la revolución financiera con sus letras de cambio, sociedades mercantiles, etc, todo ello con epicentro en las ciudades italianas, en Flandes, Londres, Paris, Lyon, Ginebra y algunas ciudades del sur de Alemania, se basó en buena medida en la paulatina interdependencia económica del Occidente cristiano.
Una vez superada la crisis derivada de la peste negra que entre 1346 y 1353 devastó el continente, la intensificación del comercio marítimo y terrestre entre puertos, ciudades y villas reforzó el proceso de integración de economías y mercados europeos. Y así, en el siglo XV, genoveses y venecianos hegemonizaban las rutas comerciales marítimas que desde Constantinopla y el Mediterráneo oriental llegaban, a través de Italia y de las costas y puertos franceses, españoles y portugueses, hasta Inglaterra, Flandes y el mar del Norte. A su vez, la Hansa alemana, la asociación económica de ciudades comerciales alemanas encabezada por Lübeck, controlaba el comercio (paños, minerales, maderas, sal) con el norte de Inglaterra, Escandinavia y las regiones del Báltico.
Se puede decir que entre navegantes, mercaderes y comerciantes fueron vertebrando el Occidente medieval, haciendo una civilización común desde el siglo XIII.
Además cabe destacar el papel que las universidades tuvieron en dicha vertebración europea, y es que desde el siglo XII en el continente se extendió la creación de universidades, desde las islas británicas con Oxford o Cambridge, la península Ibérica con Salamanca, Valladolid, Valencia, Lisboa o Coímbra, Francia con París, Toulouse o Montpellier, Italia con Bolonia, Nápoles o Padua, Alemania con Colonia o Heidelberg, Países Bajos con Lovaina, Polonia con Cracovia, etc. Favorecidas por el desarrollo económico y el crecimiento de las ciudades, creadas como respuesta a la complejidad creciente de la vida social con el desarrollo del derecho civil y económico, el crecimiento de las administraciones públicas o el auge y regularización del comercio internacional, y a la necesidad por ello mismo, de impulsar estudios generales fuera del ámbito de los estudios monásticos, las universidades fueron una aportación singular de la historia europea.
Las universidades se fueron creando por fundación real, eclesiástica o municipal por lo que tardaron en encontrar su autonomía y su fisonomía y estructura definitivas. La calidad y naturaleza de los estudios que se impartían fueron muchas veces, y por mucho tiempo, discutibles. Pero definieron pronto su misión: eran comunidades de profesores y estudiantes dedicados a estudios generales, y disciplinas como las "artes", la teología, la filosofía, la gramática, las leyes y la medicina. Las universidades conservaban y transmitían la herencia cultural y prestigiaban mediante la concesión de grados el mérito intelectual, el conocimiento y la enseñanza profesional.
Se puede decir pues, que bajó la Edad Media se creó la ciudad, la nación, el Estado, la universidad, el reloj....y también la civilización europea, la Europa misma.
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Referencias:
Breve historia del Mundo. De la Edad Media hasta hoy. Juan Pablo Fusi. Editorial Galaxia Gutenberg. 2016
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