31 julio, 2018

40 AÑOS EXCAVANDO EN ATAPUERCA

Se cumplen cuarenta años del inicio de los trabajos de excavación en el yacimiento burgalés de Atapuerca.

Hace unos días el equipo investigador de la campaña de excavaciones de 2018 de Atapuerca daba a conocer el hallazgo de varios restos craneales de una homínida adolescente (de unos 13 años) de hace más de 300.000 años, a la que se ha dado el nombre de Sara. Se trata de la mitad izquierda de un cráneo del cual ya se tenía la parte derecha. En concreto se trata del maxilar izquierdo, el segundo molar, el pómulo y la zona de la oreja, todos ellos hallados en la Sima de los Huesos. Con todos los restos hallados de Sara se intentará reconstruirla para saber cómo era, y saber también la causa de su muerte.

A lo largo de estos años de trabajos se han logrado recuperar más de 340.000 restos arqueológicos y paleontológicos, que han posibilitado el conocimiento de diferentes actividades de, al menos, tres grupos de homínidos distintos como son el Antecessor, Heidelbergensis y Sapiens, de los cuales se ha atestiguado su presencia física por los hallazgos óseos encontrados. La presencia de otro grupo de homínidos, como es el Homo de Neanderthal, está pendiente de confirmar entre los recientes restos hallados en la llamada Cueva Fantasma.

Esta concentración de restos y grupos humanos distintos es excepcional y única en el mundo, y ha permitido además datar la presencia humana en la sierra de Atapuerca en 1,2 millones de años, lo que supone la ocupación más antigua de la vieja Europa hasta la fecha.

Restos de la homínida Sara

Aunque se han hallado gran cantidad de restos fósiles se estima que el 99% de los restos sigue enterrado por lo que en excavaciones venideras se harán nuevos e importantes descubrimientos, ya que en varios yacimientos se está a punto de llegar a niveles donde se espera hallar una gran riqueza de fósiles.

Los yacimientos de Atapuerca se pueden dividir en dos grupos: los que son cueva, entre los que se  encuentran la Trinchera del Ferrocarril (Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina), Cueva Mayor (con el Portalón, Sima de los Huesos, Galería de las Estatuas y la Galería de Sílex) y la Cueva del Mirador; y los que se sitúan al aire libre, como son el Hundidero, Hotel California, Fuente Mudarra y el Valle de las Orquídeas.

Los orígenes del Proyecto Atapuerca se remontan al siglo XVIII con el empeño del vicario de la comarca don Manuel Francisco de Paula, entre 1782 y 1795, de incluir la importancia de Cueva Mayor en el Diccionario Geográfico e Histórico del geógrafo real Tomás López. De Paula describió Cueva Mayor en un manuscrito, una detallada descripción de la misma, así como su situación en un mapa croquis de la época, y además ya hacía referencia a su origen como cosa de la naturaleza y no de Dios. También hay que destacar, años después, los esfuerzos del que fuera gobernador civil, Felipe de Ariño y López, que en 1863 con objeto de proteger la cueva envió una carta a la reina Isabel II en la que solicitaba la propiedad de la cueva  por un período de sesenta años con el objetivo de realizar trabajos de investigación, preservarla y levantar un plano del interior. La petición obtendría el visto bueno de la Comisión de Monumentos de Burgos ese mismo año.

Esta petición despertó el interés de otros arqueólogos y así, en 1868, los ingenieros de minas Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar, publicarían un trabajo en el que se describía la morfología, geología y arqueología del sitio actualmente conocido como Sima de los Huesos. Sus grabados documentaron el primitivo yacimiento antes de la entrada de la maquinaria que construiría la trinchera ferroviaria décadas más tarde.

Litografía del exterior de la cueva de Atapuerca

La publicación de Sampayo y Zuaznávar alcanzó notoriedad y difusión, por lo que despertó el interés de geólogos y prehistoriadores que fueron llegando a Atapuerca, es el caso de Jesús Carballo, Henri Breuil, Hugo Obermaier o Saturio González, entre otros. Todos ellos fueron sumando hallazgos arqueológicos que iban siendo referenciados en sucesivas publicaciones por otros investigadores. La Guerra Civil paralizaría las investigaciones.

Una nueva fase en el conocimineto de este yacimiento fue impulsada, a partir de 1951, por las investigaciones del Grupo Espeleológico Edelweis. La exploración, topografía y conservación de las cavidades de la sierra dio como resultado la catalogación de todos los conductos, así como el descubrimiento en 1962 de los yacimientos del Pleistoceno de Trinchera. Entre 1964 y 1966, bajo la dirección de Francisco Jordá, se realizarían las primeras excavaciones cuyos restos serían expuestos en el Museo de Burgos en 1968.

En 1972 el Grupo Espelelógico Edelweis descubre la Galería del Sílex y, en 1973, bajo la coordinación de José Luis Uribarri, presentan las alegaciones que impidieron la pretendida expropiación forzosa para el campo de maniobras militar de las cuevas y de parte de Trinchera, iniciándose los trámites para su declaración como Monumento Histórico Artístico, lo que se conseguiría en 1987.

En 1975 el Grupo Espeleológico Edelweis entró en contacto con Trinidad Torres, quien en el verano de 1976 realizaría excavaciones en Trinchera y en la Sima de los Huesos se descubrirían los primeros fósiles de Homo Heidelbergensis, que hicieron que Emiliano Aguirre presentara, en 1977, el primer proyecto del Equipo de Investigación de Atapuerca. A Emiliano Aguirre le seguirían en 1991, como co-directores del Proyecto, sus discípulos Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. Y hasta ahora.

Panorámica de la sierra y yacimientos de Atapuerca

Y es que la Sierra de Atapuerca se ha convertido en un tesoro científico, único en Eurasia para conocer la fascinante historia de la humanidad. Los descubrimientos en Atapuerca han demostrado que Europa fue poblada por primera vez en un tiempo mucho más remoto de lo que se pensaba, y han esclarecido el árbol de la evolución humana durante el último millón de años, icluyendo el descubrimiento de un aespécie nueva en la genealogía humana, el Homo Antecessor. También han permitido conocer aspectos fundamentales de la evolución del comportamiento humano, como la evolución tecnológica, las estrategias de aprovechamiento de los recursos, el lenguaje, la cultura de la muerte, y la violencia interpersonal. Al compás de estos descubrimientos se han desarrollado nuevas técnicas y métodos de investigación, y se ha formado el mayor equipo de científicos del mundo en el campo de la Prehistoria, que constituye la vanguardia de esta disciplina.

Es especialmente destacable la idea del Equipo de Investigación de Atapuerca de que su trabajo debe de estar al servicio de la sociedad, y así, la vocación de difusión de los descubrimientos ha llevado a realizar un importante esfuerzo por transmitir la importancia y significado de estos.

Fruto de todo este trabajo, científico y de divulgación, fue la declaración de la Sierra de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el año 2.000.

Los hallazgos procedentes del Proyecto Atapuerca se pueden ver en el Museo de la Evolución Humana, inaugurado en el año 2010.



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Referencias:
https://www.atapuerca.org/es
http://www.museoevolucionhumana.com/es/el-museo
https://grupoedelweiss.com/web/index.php/catastro-de-burgos-mainmenu-71/principales-zonas-estudiadas/36-atapuerca/917-40-aniversario-de-la-primera-campana-de-emiliano-aguirre-en-atapuerca
http://www.elmundo.es/papel/historias/2017/12/09/5a21ab9322601d253f8b461a.html
http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/provincia/carta-briviesca-salvo-atapuerca_114038.html
https://www.lavanguardia.com/cultura/20180723/451051113520/hallados-restos-hominida-sara-atapuerca.html


09 julio, 2018

LA RELACIÓN DE DARWIN CON EL FAMOSO ANÍS DEL MONO

Vidriera del logo de Anís del Mono
Todos conocemos la afamada marca de anís "Anís del Mono". Su fábrica estaba y está ubicada en la localidad de Badalona y fue fundada en 1870 por los hermanos Bosch y Grau, su anís llegó a ser uno de los más importantes de España por su volumen de ventas.Su producción artesanal lo convirtió en uno de los anises más populares del mundo. De hecho, la exportación de aguardientes fue una de las actividades clave del renacimiento catalán de los siglos XVIII Y XIX y así fueron muchos los licores y anisados que se elaboraban en muchas localidades catalanas.

Y sí este anís es reconocido por todos se debe, en gran medida también, a la figura del mono que da nombre a la marca: la figura de un mono cuyo rostro todo parece indicar que se trata el del prestigioso naturalista inglés y reconocido científico, Charles Darwin,  que ha pasado a la historia por sus teorías sobre la evolución biológica representadas en su obra El Origen de las especies publicada en 1859.

La controversia generada tras la publicación de la obra de Darwin se extendió por todo el mundo, no sólo en el ámbito científico sino también a pie de calle. Creacionistas y darwinistas se enzarzaron en duras batallas dialécticas.

Charles Darwin
Las razones por las que los hermanos Bosch decidieron colocar la imagen de Darwin con cuerpo de mono en la etiqueta de su anís no están claras del todo. Hay quien opina que no fue más que un intento de ridiculizar al científico, el primero que se atrevió a decir que el hombre y el mono tenían un antepasado común (que se simplificaba diciendo que el hombre descendía del mono) aprovechando el agrio debate sobre sus ideas a finales del siglo XIX. Corroboraría esta teoría el que, al parecer, los hermanos Vicente y José Bosch, los dueños de la fábrica, no eran partidarios de la teoría evolutiva de las especies, por lo que emplearon la etiqueta de la botella de anís para caricaturizar tanto a Darwin como a sus polémicas teorías. A partir de la publicación de la obra de Darwin se multiplicaron las caricaturas del afamado naturalista entre ellas la aparecida en la revista Hornet en 1871, en la que aparece ridiculizado con el cuerpo de un chimpancé.

Sin embargo otros defienden que los Bosch utilizaron en beneficio propio el debate para publicitar su marca como "la más evolucionada", de hecho el mono de la etiqueta sostiene un pergamino en el que se  puede leer "Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento".

También existe una tercera versión en la que se dice que el dibujo de un mono en la etiqueta de la botella de anís se debía a que en la fábrica de los hermanos Bosch había una mascota que no era otra que un pequeño mono traído de América, ya que la familia propietaria tenía negocios allí, por lo que se supone que en alguno de los viajes se lo trajeron. El animal se hizo muy popular ya que las gentes iban a verle con la expresión "donde el anís del mono", y de esa anécdota vendría el nombre del famoso anís.

Es cierto que aunque al principio el mono utilizado en la etiqueta no tenía ningún rasgo que fuera considerado caricaturesco, la imagen por la que al final se optó tenía un parecido asombroso con el científico inglés. Se dice que fue añadida posteriormente por el grabador Salas, que era suegro de uno de los propietarios de la fábrica. En 1898 fue elegido el primer cartel de las botellas de esta famosa bebida espirituosa, que fue realizado por el pintor modernista Ramón Casas.

Cartel realizado Ramón Casas

Por tanto, todo parece indicar que la imagen de Charles Darwin se muestra desde hace más de un siglo, en las etiquetas de las botellas de Anís del Mono, lo que en el presente se puede considerar más homenaje que burla hacia la figura del ilustre científico.


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Referencias:
http://www.mecd.gob.es/mtraje/dms/museos/mtraje/biblioteca/publicaciones/publicaciones-periodicas/modelo-mes/ediciones-anteriores/2012/12-2012.pdf
https://www.abc.es/ciencia/abci-darwin-y-anis-mono-201702072128_noticia.html