08 marzo, 2021

LAS SINSOMBRERO: ARTISTAS DE LA GENERACIÓN DEL 27

 Con motivo del Día Internacional de la Mujer, esta entrada tendrá como protagonistas a las mujeres que integraron el grupo conocido como "Las Sinsombrero". La Generación del 27 fue un potente grupo cultural que aglutinó a artistas excepcionales de la historia cultural española que tuvo su punto álgido de 1920 a 1930. Tras la Guerra Civil y la subsiguiente dictadura aquellos jóvenes intelectuales y artistas que protagonizaron esa explosión de libertad y creatividad, que culminaría con la 2ª República, fueron silenciados.


Margarita Manso, María Teresa de León,
Maruja Mallo, Rosario de Velasco y Rosa Chacel


Con el regreso de la democracia a finales de la década de los setenta del siglo pasado, algunos de los integrantes de dicha generación pudieron volver poco a poco a España. Su producción artística en el exilio empezaba también a circular por los ambientes intelectuales más progresistas.


Pero la historia en esa España de la Transición, dispuesta a volver a empezar, solo se reescribió en masculino. No se tuvieron en cuenta las figuras femeninas que también vivieron durante años en el oscurantismo del exilio, que también habían luchado contra el fascismo y fueron condenadas por ello, al igual que sus compañeros de generación.


Su ausencia en las innumerables antologías, estudios, biografías y memorias posteriores sobre el grupo del 27 las condenaba irremediablemente al olvido. Pero la historia sin ellas, sin esas mujeres brillantes, no está completa.


Entre estas mujeres cabe destacar a la escritora María Teresa León, la pintora Maruja Mallo, la poeta y editora Concha Méndez, la escritora, poeta y actriz Josefina de la Torre, la pintora Margarita Manso, la poeta Ernestina de Champourcín, la filósofa María Zambrano, la escritora Rosa Chacel, la pintora Ángeles Santos, la escultora e ilustradora Marga Gil Roësset, la poeta y dramaturga Carmen Conde, la pintora Delhy Tejero, la poeta Lucía Sánchez Saornil, la traductora y periodista Consuelo Berges, la escritora Margarita Ferreras, la pintora Rosario de Velasco o la escritora Elena Fortún.


Mujeres de inmenso talento que no sólo gozaron en su tiempo de éxito nacional e internacional, sino que a través de su arte y activismo desafiaron y cambiaron las normas sociales y culturales de la España de los años 20 y 30.


Las artistas al igual que sus compañeros masculinos nacieron entre 1898 y 1914, y tomaron Madrid como centro neurálgico, donde la gran mayoría residieron, estudiaron y desarrolllaron su personalidad artística. Se dieron a conocer en espacios como la Revista de Occidente, La Gaceta Literaria, la Residencia de Estudiantes o el Lyceum Club Femenino, abiertos a los nuevos conceptos de modernidad y las corrientes vanguardistas provenientes de Europa pero sensibles también a una realidad social con la que se sentían comprometidos y que fueron capaces de transformar el panorama cultural y artístico de una España en proceso de cambio.


Elena Fortún, Ernestina de Champourcín,
Josefina de la Torre, Lucía Sánchez Saornil,
Marga Gil Roësset y Margarita Ferreras


Tanto hombres como mujeres se enfrentarían a un destino que rompió con sus vidas y sus carreras (la Guerra Civil) desterrando a la mayoría a un exilio del cual no todos regresaron.


Estas mujeres además lo tuvieron más difícil, por su condición de mujeres, el derecho a ser reconocidas y por ello, sus obras se convirtieron en el reflejo más fiel de su lucha personal por conseguirlo.


Tras la 1ª Guerra Mundial emergió un nuevo modelo de mujer, ellas habían asumido el lugar de los hombres en las fábricas y los puestos de trabajo, y ello hizo que adquirieran una conciencia emancipadora, que salieran más fortalecidas que nunca, tomando conciencia a su vez de su capacidad intelectual y de su independencia, decidiendo no volver a un papel de sumisión.


En España ese modelo de mujer moderna llegó a su plenitud por esas mismas fechas consolidándose con la proclamación de la 2ª República, en 1931.


Pero seguramente fue la ocupación del espacio público por parte de esa nueva mujer una de las cuestiones más importantes en la reafirmación de esa conciencia vanguardista que tanto caracterizó a Las Sinsombrero.


Las artistas españolas de esos años personificaron y reflejaron en sus obras la estética, los hábitos, las conquistas y las aspiraciones de independencia y emancipación que animaban el espíritu de esas las nuevas mujeres.


Las obras de las artistas españolas del grupo del 27 son un claro ejemplo de ese espíritu rompedor y de mordernidad. En ese panorama, las figuras femeninas emergen como personajes pictóricos o literarios fuertes, emancipados, que luchan contra su destino.


Pero a pesar de ese ímpetu, su participación en la vida cultural e intelectual no fue fácil, pues la anquilosada mente de una sociedad patriarcal, fue su máximo enemigo.


Justo es recordar que estas mujeres se fijaron y mucho en las mujeres de la Generación del 14, mujeres como Clara Campoamor, Victoria Kant, María de la O Lejárraga o Carmen de Burgos entre otras que fueron las primeras en protagonizar el nuevo rol de mujer moderna incorporándose al mundo laboral y político. Con las mujeres del 27 este protagonismo femenino incidirá también en el mundo artístico. Ambas generaciones lucharon por su derecho a ser consideradas ciudadanas de primera.


María Zambrano, Ángeles Santos, Carmen Conde, 
Concha Méndez, Consuelo Berges y Delhy Tejero


El origen del movimiento sinsombrerista en España, se inició oficialmente a partir de la década de 1930, aunque tuvo su precedente en los años 20, en una anécdota protagonizada por los amigos Maruja Mallo, Lorca, Margarita Manso y Dalí, los cuales paseando por la Puerta del Sol se quitaron el sombrero. Y es que en esa época llevar sombrero era tanto para los hombres como para las mujeres de las clases pudientes un signo de jerarquía social. Quitarse el sombrero era una forma visual de mostrar en sociedad la confrontación con lo establecido y el rechazo hacia las costumbres impuestas.


Sería Ramón Gómez de la Serna quien capitanearía el movimiento sinsombrerista en la década de 1930 definiéndolo como "el fin de una época, ansia de nuevas leyes y nuevos permisos".


La reacción de los sectores más tradicionalistas ante el movimiento fue feroz. Afamados periodistas desacreditaron la nueva tendencia alegando motivos higiénicos y estéticos e incluso se acabó convirtiendo en una cuestión socioeconómica.


Tras el fin de la Guerra Civil  y la llegada de la dictadura se empezó a relacionar no llevar sombrero con ser de izquierdas.


Pero el sinsombrerismo fue asumido sobre todo por la mujer moderna, aquella que en los años 20 se siente por fin liberada e independiente, una mujer que trabaja y que impulsada por los movimientos feministas, así como por la gran pantalla, siente la necesidad de romper con un destino que la condenaba al papel de sumisa ama de casa.


Que su recuerdo sirva como punto de partida para conocer sus obras y sus vidas.



---------------------------------------------------------------------------------

Referencias:

Tania Balló. Las Sinsombrero. Sin ellas la historia no está completa. Editorial Espasa. 2016.

Tania Balló. Las Sinsombrero. Ocultas e impecables. Editorial Espasa. 2018.


Para conocer más:

Documental sobre Las Sinsombrero

Documental: Las Sinsombrero. Ocultas e Impecables