11 abril, 2021

RASGOS GENERALES DE LA PREHISTORIA

 El término Prehistoria se lo debemos al danés Christian Jürgensen Thomsen refiriéndose a el período de tiempo comprendido entre la aparición de los primeros homínidos y la invención de la escritura. 


Reconstrucción pictográfica de un grupo neandertal


Para facilitar su estudio se divide en tres períodos como son:


- Período de cazadores-recolectores

- Período de agricultores-ganaderos

- Período de los primeros metalúrgicos


Estos períodos a su vez se dividen en fases que suelen depender, sobre todo, de la tipología y técnicas de sus herramientas.


En Europa el inicio de la Prehistoria se remonta a hace un millón de años aproximadamente (los restos más antiguos son los de Atapuerca, hace 800.000 años, que pertenecerían al Homo Antecesor).


A los grupos neandertales los iría sustituyendo el Homo Sapiens, que inició su entrada en la Península Ibérica hace 45.000 años. Las últimas comunidades de neandertales desaparecieron hacia el 30.000 años. Hacía esa fecha se iniciaría el Paleolítico Superior, con los Homo Sapiens como únicos pobladores en exclusiva el territorio.


En el Paleolítico, los cazadores recolectores, tanto los neandertales como los Homo Sapiens formarían grupos de no más de 30 personas que habitarían estacionalmente una serie de cuevas, abrigos y campamentos al aire libre. Serían poblaciones nómadas que se moverían en función de las manadas de animales que cazaran. La caza, la pesca y la recolección de frutos y vegetales conformarían la dieta de estas sociedades.


Para llevar a cabo las labores de caza, así como el tratamiento de materias como la madera, las pieles o el hueso utilizaban herramientas de sílex. Existía un amplio abanico de útiles en piedra como bifaces, raspadores, raederas, buriles, puntas de flecha, perforadores; y entre las herramientas de hueso había punzones, agujas, azagayas o bastones de mando.


Material lítico


Con el paso del tiempo el instrumental lítico y oseo empleado fue evolucionando y perfeccionándose tanto en calidad como en cantidad lográndose piezas más aguzadas y ligeras, y mayor diversidad de instrumentos.


El hombre paleolítico se refugia en cuevas y abrigos elegidos por su situación, permitiéndole controlar las manadas de animales que persigue. Cuando lo hace en campamentos al aire libre construye las cabañas con las pieles de los animales cazados y el ramaje que le proporciona el entorno.


Tanto el clima como el paisaje y la fauna fueron variando en las sucesivas etapas. Hace 30.000 años un clima suave caracterizado por espacios abiertos combinados con bosques de pinos y carrascas dio paso a un clima frío con un medio estepario que se mantuvo, con pequeñas variaciones, hasta hace 10.000 años. Entonces el clima fue mejorando hasta convertirse en el de tipo mediterráneo. Temperaturas medias suaves y lluvias frecuentes favorecieron el desarrollo de bosques con abundancia de carrascas.


Respecto a al fauna hubo pocos cambios. Los últimos neandertales, hacia el 30.000, cazaban cabras, ciervos y caballos. Hacia el 10.000 se suman las aves como las presas más comunes.


En las últimas fases del Paleolítico se inicia el gusto por los adornos que en el Neolítico derivará en collares formados mediante cuentas de piedras o en brazaletes líticos.


Respecto al arte, en el Paleolítico destacan las representaciones, pintadas o grabadas, de motivos geométricos y, sobre todo, de animales, totales o parciales como cabras, bóvidos, ciervas y caballos sobre cantos rodados, elementos óseos y paredes de las cavernas.


Hacia el 8.000 a.c con la llegada de nuevas gentes resultado de una migración que posiblemente se iniciara en el Próximo Oriente, se inicia el período Neolítico. Los recién llegados practican la agricultura y la ganadería, poseen conocimientos sobre nuevas formas de trabajar la piedra y trabajan la cerámica.


El cultivo de los campos y el cuidado del ganado serán las fuentes básicas de la alimentación aunque sin abandonar las prácticas de la caza o la recolección. Y al tener que estar presentes todo el año para el cuidado de los campos, los grupos humanos se vuelven sedentarios y comienzan a organizarse para defender sus cosechas. Todo ello hará favorecerá el surgimiento de aldeas y poblados, ahora con casas fabricadas en madera, ramaje y barro, y por su carácter permanente aumentará de forma importante el número de miembros de cada comunidad y éstas se organizan jerarquizan.


Por otro lado aparece la cerámica, porque hay excedentes y se necesitan contenedores para almacenar los productos obtenidos del campo. Aunque la piedra sigue siendo la protagonista en los instrumentos y herramientas neolíticas pero ahora se trabaja de forma diferente y se pulimenta. Se crean nuevas herramientas que se adaptan a las nuevas labores del campo como hachas para la tala de árboles lo que permite crear nuevos espacios de cultivo, hoces para la siega, azuelas para el trabajo de la madera, etc. Y aparecerán nuevas armas como el arco y las flechas.


De la fauna se aprovechan la carne, la piel, los huesos y las cornamentas para su uso ya sea como alimento, como vestido, adornos o herramientas. La pesca se combina con la recogida de moluscos tanto marinos como terrestres. El perro se domestica y empieza a ayudar al hombre en algunas tareas como la caza o el pastoreo. La recolección continua y así la miel, verduras y frutos silvestres se recolectaban con fines alimentarios. Del campo también se recogía esparto para trenzarlo creando cuerdas y cestos, y plantas medicinales para aliviar ciertos males, como era el caso del laurel o el sauce. Para la conservación de los alimentos se procedía al salado o ahumado de la carne o pescado.


La agricultura se fue convirtiendo en la dieta básica de estas sociedades. El principal alimento era el cereal, sobre todo el trigo y la cebada, y se empiezan a cultivar diversas legumbres, como guisantes, habas o lentejas. Por otro lado, la ganadería de cabras, vacas y ovejas permitía el suministro de carne y productos derivados como lácteos y lana.


En la últimas fases del Neolítico los enterramientos se realizaban en el interior de las cuevas acompañados de rituales funerarios. Así, aparecen restos de ofrendas alimentarias, animales sacrificados, así como objetos de piedra o adornos (puntas y cuchillos de sílex, hachas, pasadores de ropa o cabello, cuentas de collar, etc) y figurillas realizadas en hueso.


Ajuar funerario


En cuanto al arte del Neolítico se observan tres estilos con características propias: macroesquemático, levantino y esquemático. El macroesquemático es el primero en aparecer y posee como tema central la representación de figuras humanas. Se vincula a los primeros agricultores y ganaderos. El estilo levantino suma a las figuras humanas los animales como protagonistas, bien de forma aislada o agrupados creando escenas de caza, recolección, religiosas o de combate. Este arte, posterior al macroesquemático, corresponde a sociedades de tradición cazadora-recolectora en proceso de neolitización. El arte esquemático reduce las representaciones humanas y animales a simples líneas abundando los ídolos (oculados, bitriangulares y ancoriformes) las representaciones de "soles" o los motivos geométricos en zigzag.


El tráfico con las materias sobrantes provocó un incremento del comercio acompañado de una mayor jerarquización de la sociedad. Esta jerarquización puede verse en los ajuares funerarios que acompañan a los ritos de inhumación que continúan realizándose en cuevas y acompañan a los cuerpos elementos de prestigio como botones de marfil, elementos de adorno de cobre, alabardas, hachas o puñales.


Este período se divide en tres fases: bronce antiguo, pleno y final. Destaca la Cultura Argárica en la que, a diferencia de sus coetáneas, en que realizaban sus rituales de inhumación bajo o entre sus casas, bien en fosas o cistas de piedra o en urnas funerarias, en vez de en las cavidades naturales de las cuevas.


La última fase de la edad del bronce se caracterizó por la mejora sustancial de las técnicas de fundición del metal al utilizar moldes bivalvos realizados en piedra o arcilla, con los que se fabrican puntas de flecha, espadas y hachas. La orfebrería también experimentó avances en las técnicas de elaboración de objetos de oro y plata.


Los enterramientos incluyen en este momento el rito de incineración y siguen acompañando a los restos, ahora quemados y depositados en urnas enterradas en el suelo, el ajuar funerario compuesto de piezas como brazaletes o aretes de bronce y marfil, collares de piedra y pasta vítrea o fíbulas de bronce.


Hacía el 4.300 AP los modos de vida de estas sociedades cambiaron de forma decisiva. Se crearon nuevos poblados en zonas altas que permitían controlar el territorio. Las casas se realizaban con carácter más permanente al utilizar piedra y argamasa como materiales de construcción. Se perfeccionaron las técnicas agrícolas y ganaderas lo que permitiría el aumento de la producción y a su vez el aumento de la población y de los excedentes.


El incremento de producción y excedentes que se produjo en esta época fomentó del tal forma el tráfico comercial que con él se ampliarían los conocimientos y nuevas técnicas como el torno alfarero, el hierro o la escritura.



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Referencias:

https://www.marqalicante.com/contenido/genericas/contexto(1).pdf