Posible fragmento del Milliarium Aureum |
Se cree que el origen de esta expresión está en el Milliarium Aureum, monumento de bronce bañado en oro, erigido en el año 20 a.C. por el emperador Augusto en el Foro de la antigua Roma y que marcaba el punto de arranque de todas las calzadas romanas, similar a lo que hoy conocemos como kilómetro cero (localización geográfica singular desde la cual se miden distancias). En él aparecían grabados los nombres de las principales ciudades del Imperio indicando la distancia que las separaba de Roma.
Todavía hay muchas carreteras en Europa que hoy día siguen el trazado de aquellas antiguas calzadas, que cruzaban todo el imperio hasta la capital. El Imperio Romano construyó alrededor de 400 vías para comunicar Roma con todas sus provincias, lo que suponía unos 85.000 kilómetros que recorrían Europa pero que también llegaron a parte del actual Reino Unido, a Egipto o Turquía entre otros territorios.
Los romanos construyeron esa red de caminos por razones militares y administrativas. En muchos casos serían las propias legiones las que trazaron el mapa de las calzadas. Dichas calzadas tomaron su nombre según la función que desarrollaban (la Vía Salaria, por ejemplo estaba relacionada con el transporte de la sal), de los lugares de destino (la Vía Tiburtina llegaba hasta Tibur, la actual Tívoli) o de sus constructores (la Vía Apia fue encargada por Apio Claudio el Ciego) todas ellas confluían unas en otras hasta llegar a la capital, Roma.
Esa enorme red de vías eran señalizadas mediante hitos o mojones que marcaban las distancias y de paso recordaban a los autores o favorecedores de la vía para su mayor honra y gloria. Esos hitos se llamaban miliarios porque se colocaban cada mil pasos.
Aunque también existe otro elemento que ayuda a entender esta famosa expresión y es la Tabula Peutingeriana, un largo rollo de pergamino que puede considerarse como el monumento cartográfico más importante de la Antigüedad. Ha llegado hasta nosotros a través de una copia del S.XIII de un original romano datado a principios del S.IV. Este dibujo plano señala las vías de comunicación que unían Roma con el resto del mundo conocido, desde la Península Ibérica hasta Mesopotamia y las tierras de India. Roma es el centro sobre el que gira toda la composición en la que se señalan las principales ciudades del Imperio, ciudades amuralladas, islas, elementos físicos como ríos, lagos, mares, montañas y bosques, pero también calzadas, puertos, templos y termas. Tanto detalle e información hace pensar que se trataría de un documento para los viajeros o Itineraria Picta.
Fragmento de la Tabula Peutingeriana |
Por tanto, la expresión de "Todos los caminos conducen a Roma" tendría en la antigüedad un sentido real y geográfico, aunque no está atestiguada en ningún documento de época antigua. La primera mención que se hace de esta frase es en la Edad Media, en un texto del 1175 que literalmente dice así "Mille viae ducunt hominem per saecula Romam" que traducida significa "Mil caminos conducen para siempre al hombre a Roma. Además este dicho se vería reforzado al convertirse Roma en el centro de la cristiandad y por tanto en lugar de peregrinaje.
Y por último, una curiosidad. En todos los continentes podemos encontrar "otras" Roma, es decir, localidades con el mismo nombre. Por tanto se puede acabar diciendo que, efectivamente, tanto en el pasado como en la actualidad "Todos los caminos conducen a Roma". ¿A cuál de ellas? Eso lo decides tú.
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Referencias:
Historia del Mundo en 12 mapas. Jerry Brotton. Editorial Debate. 2016.
Todos los caminos conducen a Roma....y un mapa lo demuestra.
Todos los caminos conducen a Roma (Omnes Viae Romam ducunt)
¿Todos los caminos conducen Roma?
Bibliotheca Augustana. Tábula Peutingeriana.
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