20 septiembre, 2022

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO

 Las siete maravillas de la antigüedad constituyeron una serie de obras maestras que se caracterizaron por su grandiosidad, belleza, dificultades técnicas y esfuerzo humano. Estas siete maravillas serían: las pirámides de Egipto, los Jardines colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el Artemision de Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.


Las Siete Maravillas de la Antigüedad


Cuando los viajeros griegos exploraron otras civilizaciones como la egipcia, la persa o la babilonia, recopilaron las primeras guías de las cosas más notables, razón por la cual las Siete Maravillas se encuentran por todo el borde mediterráneo. Todas ellas representarían la cosmovisión y las cultura de las civilizaciones que los construyeron.


Fue Antípatro de Sidón quien dejó fijado en siete el número de las cosas dignas de ser admiradas allá por el siglo II a.C., siguiendo a su vez el tratado que dejó establecido un tiempo antes Filón de Bizancio. Pero el primero que compiló las maravillas parece que fue el historiador, ingeniero y arquitecto Aristóbulos, que a finales del siglo IV a.C. y para glorificar el Imperio de Alejandro Magno fijaría como hitos los más excepcionales monumentos y obras del mundo entonces conocido.


Y el que sean siete las maravillas que se fijaron radica en el carácter mágico y de perfección que desde la antigüedad se dio a esta cifra.


De las siete maravillas sólo una se ha conservado hasta nuestros días.


Pirámides de Giza


Las pirámides de Egipto, y entre ellas la Gran Pirámide de Giza o Keops, es la única de las maravillas de la Antigüedad que se conserva en la actualidad. Construida hacia el 2.500 a.C. como la tumba del faraón Keops de la IV dinastía, es la más grande de las tres pirámides que componen la necrópolis de Giza, junto a la de Kefrén y Micerinos. El material que se usó en su construcción fueron grandes bloques de piedra caliza. Su altura original era de 146,5 metros lo que la convertiría en la estructura más alta del mundo hecha por el hombre sólo superada siglos más tarde, ya en la edad media. Su construcción es todavía un misterio pues los egipcios no dejaron ninguna información sobre como las construyeron. Aunque según algunas teorías bien podrían haberse levantado mediante el empleo de rampas, una sabia dirección técnica y una mano de obra muy numerosa. De su extraordinaria grandeza daría cuenta el ingeniero y escritor griego Filón de Bizancio, que las describió como "montañas sobre montañas".


Otra de las maravillas de la antigüedad fueron los Jardines colgantes de Babilonia, y a pesar de que existen descripciones muy detalladas en muchos textos antiguos, no se sabe a ciencia cierta si existieron o tan solo forma parte de la leyenda. Y la leyenda cuenta que fue el rey Nabucodonosor II quien los mandó construir hacia el 600 a.C para consolar a su esposa Amytis que, originaria de Persia, añoraba los paisajes de su tierra natal. Para complacerla, el rey reunió a los mejores arquitectos para que diseñaran un colosal laberinto de cascadas y densa vegetación. Se trataría de una serie ascendente de jardines en techos, algunas de las terrazas de gran altura, que simulaban ser montañas de flores, plantas y hierbas. Todo un laberinto del que brotaban canales de agua y de cuyas alturas caían frutas de plantas frondosas. En medio de un clima tan árido tal vergel habría sido regado a través de un sofisticado sistema de bombas y tuberías que traerían el agua del río Éufrates. Sobre su desaparición, unos culpan a los persas, pero lo cierto es que fueron abandonados hacia el siglo IV a.C.


Los Jardines Colgantes de Babilonia


La tercera de las maravillas la constituía la estatua del todopoderoso Zeus en Olimpia. Al ser Zeus el dios principal del panteón en la Antigua Grecia, hacia el 435 a.C  se decidió construir en su honor una imponente estatua en en templo de Zeus en Olimpia. La escultura diseñada por Fidias, el más importante escultor del mundo clásico, era un Zeus sedente en un trono realizado de madera de cedro y decorado con oro, marfil, ébano y piedras preciosas. En su mano derecha sostenía una representación de la diosa de la victoria y en la otra mano portaba un cetro con un águila. El monumento medía en total 18 metros, y nos podemos hacer una idea de su grandiosidad con el efecto que causó al escritor griego Estrabón cunado la contempló "mostraba a Zeus sentado pero casi tocando el techo con la cabeza, dando así la impresión de que si Zeus se levantaba y se erguía, destecharía el templo". No se sabe como desapareció realmente, hay fuentes que hablan de un incendio, y para otras fuentes, desapareció cuando fue trasladada a Constantinopla.


Estatua de Zeus en Olimpia


La siguiente de las maravillas es el Artimision de Éfeso o Templo de Artemisa. La diosa helena de la caza y la naturaleza fue venerada en toda Grecia, y sobre todo en la ciudad de Éfeso (Turquía) , donde se le dedicó un fantástico templo que por su magnificencia y perfección arquitectónica pasó a ser considerado muy pronto como una de las maravillas del mundo antiguo. Hacia el 560 a.C el rey de Lidia, Creso, encargaría su realización. Construido en mármol blanco tenía una extensión de 115 metros de longitud por 55 metros de anchura, con todas su longitud adornada con tallas, estatuas y 127 columnas de estilo jónico. En su interior había una escultura de la diosa Artemisa, un lugar de homenaje para los numerosos visitantes que viajaban hasta Éfeso para dejarle ofrendas a sus pies. El templo sería destruido y reconstruido en varias ocasiones siendo destruido finalmente por los godos en el siglo III.


Templo de Artemisa en Éfeso


La quinta de las maravillas de la Antigüedad es el Mausoleo de Halicarnaso. Mausolo fue gobernador de la antigua región de Caria en el imperio persa. Al morir en el 353 a.C. su esposa Artemisia mandó construir su tumba, obra que encargaría a los arquitectos griegos Sátiro de Paros y Piteo. Según los escritos de la época, el monumento medía 134 metros de perímetro y 46 metros de altura, y cada una de sus cuatro plantas estaba adornada con relieves escultóricos para los que se trajo a los más famosos escultores de Grecia. Realizado en mármol blanco la estructura se asentaba sobre una colina y combinaba los estilos arquitectónicos licio, griego y egipcio. Tal fue el esplendor del lugar de descanso final de Mausolo que daría su nombre a este tipo de estructuras conocidas como mausoleos. Desapareció en época medieval.


Mausoleo de Halicarnaso


El Faro de Alejandría es la siguiente de las maravillas que los escritos antiguos han documentado. Alejandría, la ciudad creada por Alejandro Magno albergó en su día gran cantidad de monumentos como su famosa biblioteca.  Sin embargo, sería su faro el que se incluyó dentro de la lista de las maravillas antiguas. Se construyó en el siglo III a. C. para servir como punto de referencia a los marineros y embarcaciones que llegaban al puerto, pues navegar hacia el puerto de Alejandría era complicado debido a las aguas poco profundas y las rocas.  El rey Ptolomeo II Filadelfo encargó su construcción al arquitecto griego Sóstrato de Cnido en la isla cercana de Faro. El edificio se dividía en una base cuadrada, una sección media octogonal y una sección superior cilíndrica, todas ellas conectadas por una rampa en espiral. Contaba en su parte más alta un gran espejo metálico que reflejaba la luz del sol durante el día, y una gran hoguera marcaba la posición de la ciudad a los navegantes por la noche. Se cree que el faro tenía una altura de 140 metros y que su diseño se convirtió en el modelo de todos los faros desde entonces. Consiguió mantenerse en pie hasta el año 1323 en que un terremoto lo destruyó.


Faro de Alejandría


La última de las maravillas de la antigüedad, que también fue la última en ser construida, es el Coloso de Rodas. Erigido en el año 305 a.C. por desgracia fue destruida muy pronto permaneciendo en pie solo 60 años. El Coloso de Rodas fue una estatua gigantesca dedicada al dios griego del Sol, Helios. Fue encargada al escultor Cares de Lindos para celebrar un triunfo militar sobre los macedonios en la isla griega de Rodas. Y por ello, la leyenda cuenta que los rodios vendieron las herramientas dejadas por el enemigo vencido para ayudar en la construcción del Coloso. Se trataba de una estatua gigantesca erigida en una de las escolleras del puerto, realizada en bronce, hierro y piedra. Según Plinio el Viejo el Coloso medía 31 metros de altura y representaba al dios Helios de pie, totalmente desnudo, portando tal vez una lanza o un arco con su carcaj y flechas.  Y aunque representaciones posteriores  lo retratan con las dos piernas separadas sobre la entrada del puerto es difícil que fuera así por razones de estabilidad. Un terremoto destruiría al Coloso de Rodas.


El Coloso de Rodas


Destruidas con el tiempo, de esas magníficas construcciones sólo podemos contemplar las pirámides de Giza, del resto solo podemos recrearlas en nuestra imaginación. De lo que no cabe duda es que fueron obra de grandes maestros que se valieron de la ciencia que tenían a su disposición en esa época y que maravillaron a quienes las contemplaron.



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Bibliografía:

Lara Peinado, Federico. Las Siete Maravillas. Cuadernos Historia 16. Nº 228. 1985.

https://www.ngenespanol.com/el-mundo/cuales-son-las-7-maravillas-del-mundo-antiguo/

https://www.maravillas-del-mundo.com/Siete/index.php

https://www.bbc.com/mundo/noticias-54112492

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2022-08-22/asi-7-maravillas-mundo-antiguo-desaparecieron_2963255/

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