06 enero, 2020

LA LEYENDA DE LOS REYES MAGOS DE ORIENTE

Adoración de los Magos de Andrea Mantegna (1495-1505)
Esta pasada noche muchos niños y niñas esperaron con ilusión y ansiedad la llegada de los Reyes Magos de Oriente, quienes cargados de regalos los repartieron entre pequeños y también grandes.

Se trata de una fiesta cristiana y católica, de origen muy antiguo, y muy arraigada llamada "Epifanía" que celebra la manifestación de Dios en su presencia humana en la tierra, y es simbolizada con la llegada de los Reyes Magos, que llegados desde Oriente querían mostrar su adoración al recién nacido rey de los judíos, llevándole como presentes oro, incienso y mirra. Es una fiesta en la que confluyen numerosos elementos de diverso origen religioso y cultural.

La escasez de fuentes fiables no ha impedido el surgimiento de leyendas en torno a estos magos, concebidos también como reyes con el paso del tiempo y que la tradición ha acabado convirtiendo en tres, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar. Que llegarían a Belén desde el lejano Oriente, Persia o Arabia e incluso de Etiopía (de ahí el representar a Baltasar como un rey de tez negra) guiados por una estrella, que bien podría tratarse de un fenómeno astronómico como fue la conjunción de Saturno y Júpiter, que arrojaría un brillo especial que la haría fácilmente distinguible desde la Tierra. Y es que en la cultura y la sociedad antigua oriental las estrellas y los fenómenos atmosféricos y celestes eran signos de los dioses.

Pero los Reyes Magos, sólo son mencionados una vez en la Biblia, en concreto en el Evangelio de San Mateo 2,1-12, y nada dice sobre que fueran tres (hay tradiciones antiguas que fijan el número de magos hasta en doce y en algunas catacumbas romanas aparecen entre dos y cuatro) ni que fueran reyes. Tampoco se menciona sus nombres. Y tampoco dice nada de la fecha concreta en la que los insignes visitantes fueron a homenajear al pequeño Jesús. Esos son datos que se irían añadiendo con el tiempo.

La adoración de los Tres Reyes de Girolamo de Santacroce (1525-1530)

Lo que San Mateo cuenta es que bajo el reinado de Herodes, aparecieron unos magos del este de Jerusalén, que habiendo descubierto el hallazgo de una nueva estrella cuyo significado relacionaron con el nacimiento de un posible Mesías, éstos fueron a preguntar al rey de Judea (con el permiso de Roma, todo sea dicho de paso) donde estaba el rey de los judíos que acababa de nacer hacía poco. Herodes no sabía de qué le hablaban y decidió reunirse con los sacerdotes y escribas para aclarar la situación. Parece ser que según los profetas el lugar elegido sería Belén porque así estaba escrito. Pero el rey Herodes, temeroso de dicha profecía, dejó marchar a los Reyes Magos, con la intención de que fueran los mismos magos quienes a su vuelta le dijeran quien era ese Mesías para mostrarle él también su veneración. Nada más lejos de sus verdaderos propósitos. Tras rendirle homenaje, ofreciéndole oro, incienso y mirra (ofrendas de gran valor económico y simbólico) volvieron hacia Oriente pero sin pasar por el palacio de Herodes, ya que recibieron en sueños la advertencia de tomar otro camino. Es entonces cuando Herodes sintiéndose engañado mandaría matar a todos los niños de Belén y alrededores. Pero Jesús y su familia ya habían emprendido la huida a Egipto.

Y de esta alusión en el evangelio de San Mateo sobre los Reyes Magos se deriva una tradición que ha ido evolucionando con el paso de los siglos, debido a las múltiples versiones existentes.

En el S.III el teólogo Orígenes escribía que los magos eran tres, que se correspondería con los tres regalos ofrecidos, y que sería corroborado por Tertuliano,considerado padre de la iglesia, quien afirmaría además que se trataba no de magos sino de reyes (la palabra "mago" había adquirido desde los primeros siglos del cristianismo un matiz peyorativo). Además que fueran tres regalos, de tres reyes como símbolo de las tres tribus bíblicas descendientes de Noé, Sem, Cam y Jafet que se repartirían por el mundo conocido de Asia, África y Europa.

 Mosaico de la iglesia de San Apolinar Nuevo en Rávena (505)

En cuanto a sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar, la primera vez que aparecen estos nombres es en una inscripción sobre unos mosaicos en el friso de la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena y que data del S.VI. En las obras atribuidas a Beda, el Venerable (erudito anglosajón, monje y doctor de la Iglesia del S. VII) además de recoger sus nombres los describía diciendo que, Melchor era un anciano de larga cabellera cana y luenga barba, que le ofrecería el oro como símbolo de la realeza divina; Gaspar era joven, imberbe, de tez blanca y rosada, que honró al Niño ofreciéndole incienso como símbolo de la divinidad; y el tercero, Baltasar de tez morena, cuyo presente fue la mirra, que servía para embalsamar a los muertos simbolizando así la vulnerabilidad del hombre y profetizando la muerte del Mesías.


Tras la adoración de los Reyes Magos al Niño volvieron a sus países de origen y la leyenda cuenta que se convirtieron al cristianismo y que tras ser bautizados por el apóstol Tomás, se consagraron a evangelizar las regiones lejanas de Oriente y que serían enterrados en la ciudad de Saba. Sus reliquias serían llevadas a Constantinopla por la emperatriz Elena, madre del emperador Constantino, quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano con el Edicto de Milan en el año 313. De Constantinopla pasarían a Milán por obra de su obispo, San Eustorgio, ya en el S.IX. Y finalmente en 1164, el arzobispo de Colonia y archicanciller de Colonia aprovechó el saqueo de Milán para hacerse con las reliquias. Probablemente no se trate de los restos de los tres magos, pero así ha quedado recogido.

La leyenda de los misteriosos magos de Oriente ha sido capaz de sobrevivir al paso de los siglos para convertirse en un tradición navideña que va más allá de toda liturgia cristiana. Una leyenda que ha ido calando en el imaginario colectivo, aunque los hechos no fueron tan reales como nos cuentan.


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Referencias:
Los Reyes Magos. Historia y Leyenda. Franco Cardini, Editorial Península. 2001.
Historia de los Reyes Magos. José Oroz Reta y M. Teresa Herrera. Helmántica: Revista de Filología Clásica y Hebrea. 1982


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