LUGARES CON HISTORIA: RONCESVALLES

Panorámica de Roncesvalles

Roncesvalles es, sin duda, un lugar con historia. Tradicionalmente se ha traducido Roncesvalles como "valle de espinos", y de esta interpretación procede la versión en euskera "Orreaga" (lugar de enebros), pero los sucesivos movimientos de peregrinos galos terminaron por afrancesar el nombre hasta su forma actual. Es un municipio de Navarra, situado a menos de 50 kilómetros de Pamplona y que destaca por su cultura e historia.

El poblamiento del territorio se remonta al final del Paleolítico, hacia el año 10.000 a.C. En la época del Bronce y del Hierro los cazadores seminómadas se fueron sedentarizando en el área de Orreaga-Roncesvalles y territorios cercanos, de ahí la cantidad de restos megalíticos que se hayan en la zona, sobretodo dólmenes. También se destaca la influencia de las invasiones celtas, que penetrarían en el territorio por los Pirineos navarros. Los celtas llevaron nuevas formas urbanas y conceptos de organización social, que dejaron algunos monumentos megalíticos relacionados con ritos funerarios en los que las piedras se colocaban en círculo rodeando el enterramiento.

Con este entramado urbano entraron en contacto los romanos a principios de nuestra era. Fue Roma quien por sus necesidades de transporte y su habitual política de desarrollo de las redes viarias, tendió sobre las viejas rutas pirenaicas una calzada de piedra.

Carlomagno llora la muerte de Roland

La vía pirenaica se va consolidando lentamente y sus caminos verán el paso de las legiones romanas, viajeros, invasiones bárbaras, huestes visigodas, tropas musulmanas camino de la derrota de Poitiers, embajadas cristianas en uno y otro sentido, y el más ilustre ejército de la Francia altomedieval: el de Carlomagno en el 778.

El S. VIII se caracterizó en tierras navarras por una continua pugna entre musulmanes, más o menos vinculados con algunas familias importantes de la tierra, y el reino franco, de rasgos profundamente cristianos y relacionado, también, con otros ámbitos cristianos de la Península. En este contexto se produjo, en el verano del 778, la gran expedición al mando del mismo Carlomagno que, aunque se dirigía a Zaragoza, afectó directamente al territorio pamplonés, ya que de camino a Zaragoza, Carlomagno destruyó las murallas de Pamplona para asegurarse su regreso en caso de derrota en Zaragoza.

Tras su fallido intento de tomar Zaragoza, y al iniciar el descenso de los Pirineos de vuelta a Francia, en la zona de Luzaide-Valcarlos, la retaguardia del ejército franco, mandada por el caballero más querido por Carlomagno, Roldán, y por el resto de los doce pares de Francia, fue totalmente desbaratada por unas huestes todavía hoy desconocidas. Cuenta la leyenda que en ese lugar Roldán  hizo sonar su olifante de marfil para advertir al resto del ejército, y,cuando él y los doce paladines imperiales fueron heridos, arrojó al agua su gloriosa espada "Durandal" a fin de que no cayera en manos del enemigo.

La localización exacta de la batalla es otra incógnita aún no resuelta, pero la tradición apoyándose en "La chanson de Roland", relato basado en el trágico final de la batalla de Roncesvalles y del caballero Roland (mantiene la imagen del caballero Roland tocando el olifante hasta morir, cerca de Ibañeta (paso pirenaico considerado la puerta del Pirineo) y al emperador Carlomagno doliente al ver a todos sus hombres tendidos en el campo de batalla. El poema épico se difundió por toda Europa y se convirtió en la leyenda más celebre, cantada y contada de un Occidente europeo en plena ebullición religiosa y cultural. La fama que atrajo sobre Roncesvalles, escenario de las desgracias del caballero Roldán contribuyó a hacer de este paraje pirenaico el más conocido del Camino de Santiago, y en consecuencia, de todo el continente.

Monolito conmmemorativo de la batalla de Roncesvalles
(778-1978)

Una historia curiosa relacionada con esta histórica batalla sucedió en 1934, cuando el prior de Roncesvalles, Martínez Alegría, hizo excavaciones en la ermita de Ibañeta y aparecieron doce cadáveres que se identificaron en aquel entonces con los doce pares de Francia, los nobles que murieron con Roldán en la batalla de Roncesvalles. Los cadáveres se perdieron mezclados con los del silo de Carlomagno en la Colegiata de Roncesvalles, por lo que no se sabe sí la identificación era cierta.

Tampoco se conoce quienes fueron los vencedores de tan histórica batalla, pero los historiadores manejan tres hipótesis: una coalición de vascones y musulmanes, una combinación de vascones de ambas laderas del Pirineo o vascones ultrapirenaicos descontentos con el fortalecimiento franco en Aquitania.

Cruz de los peregrinos en Roncesvalles

Desde el S.IX  el Camino de Santiago se convierte en ruta de peregrinación para visitar los restos del apostol Santiago en Compostela, de la cual el propio Carlomagno se convirtió en impulsor. El rey Sancho Garcés I (905-925) sería quien, al mismo tiempo que organizaba una monarquía cristiana que ampliaba el territorio a costa de los musulmanes y deliberadamente interesado en las relaciones con los demás territorios cristianos de la Península, aseguraría el trazado jacobeo que discurre por la vieja calzada romana hasta Pamplona, y de allí a Nájera, para continuar hacia el oeste siguiendo el llamado "Camino de las estrellas", la ruta que seguían los peregrinos que se guiaban por la Vía Láctea y que les conducía hasta Finisterre (Finis Terrae).

Roncesvalles se convirtió en hospital de peregrinos y uno de los principales puntos de partida para recorrer el Camino de Santiago. Lugar de paso natural, ubicado en un bonito paraje forestal del Pirineo navarro, que aúna historia y leyenda.

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Referencias:
http://www.roncesvalles.es/contenidos.php?c=12&s=162&t=&cat=&a=
https://vivecamino.com/roncesvalles/
http://arte-historia-curiosidades.blogspot.com.es/2013/03/collado-ibaneta-puerto-roncesvalles.html
http://www.lebrelblanco.com/anexos/atlas-Roncesvalles-Sanguesa.htm