26 noviembre, 2016

FIDEL CASTRO, EL LÍDER DE LA REVOLUCIÓN CUBANA

Fidel Castro
Esta mañana se conocía la noticia del fallecimiento del que fuera presidente de Cuba Fidel Castro, una figura controvertida, un héroe nacional para unos y un dictador para otros. Pero sin duda una figura destacada políticamente desde la segunda mitad del siglo XX hasta su retirada de la política en el 2011.

La muerte de Fidel Castro cierra más de medio siglo de historia, desde que desembarcara un dos de diciembre de 1956 en Cuba con un grupo de rebeldes del Movimiento 26 de Julio, organización política y militar de ideología nacionalista, antiimperialista y democrática, creada en 1953 por Fidel Castro para derrocar al dictador Fulgencio Batista, y que toma su nombre del asalto frustrado al Cuartel Moncada. De hecho se le puede considerar como el último superviviente de la Guerra Fría, pues Cuba era una pieza de ajedrez en la gran partida de la revolución universal, su verdadero objetivo.

Fidel Castro en su juventud
Fidel Alejandro Castro Ruz nacía un 13 de Agosto de 1926 en el pequeño poblado de Birán, cerca de Holguín, antigua provincia cubana de Oriente. Fidel fue el tercero de los siete hijos tenidos fuera del matrimonio por Ángel Castro Argiz, un inmigrante gallego de orígenes campesinos, que llegó a Cuba como soldado de reemplazo al final de la Guerra de Independencia de Cuba, que hizo fortuna hasta convertirse en un rico terrateniente, y Lina Ruz González, empleada en la casa familiar y con la que se casaría años más tarde.

Fidel Castro destacó como un estudiante brillante en los internados de los jesuitas en Santiago de Cuba y en La Habana. Su educación influiría enormemente en su carácter. En 1945 entró a estudiar Derecho en la Universidad de La Habana donde el ambiente de efervescencia política forjaría sus ideales revolucionarios.

Tras graduarse como abogado en 1950 abrió un pequeño bufete y entró en política con el Partido Ortodoxo, que lo designaría candidato al Congreso en las elecciones previstas en Junio de 1952 y que no llegaron a celebrarse por el golpe de estado dado por el sargento Fulgencio Batista.

El Partido Ortodoxo reaccionó débilmente al golpe y Castro empezó a considerar una acción armada que debía provocar una insurrección popular, y así se produjo el fracasado asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, el 26 de Julio de 1953. Los rebeldes que sobrevivieron fueron juzgados en un proceso en el que Castro asumió su propia defensa y en el que realizó su alegato conocido como La historia me absolverá, donde expuso su programa político y revolucionario, que incluía entre sus demandas la restauración de la constitución de 1940, inspirada en la Constitución española de 1931.

 Castro durante su detención tras el asalto al cuartel Moncada

Castro fue condenado a quince años de prisión y su hermano Raúl a trece, pero finalmente fueron amnistiados en 1955. Más tarde se exiliaria a Estados Unidos y México. En México conocería al Che Guevara y prepararía el desembarco del yate Granma, el dos de Diciembre de 1956 en la playa de las Coloradas, en la costa oriental de Cuba, que marcaría el inicio de dos años de lucha guerrillera en la Sierra Maestra, que conduciría a la derrota del ejército de Batista y la huida del dictador a principios de 1959.

Fidel Castro se convirtió en un héroe popular que encarnaba los valores de la justicia social en una nación empobrecida por la dictadura de Batista. Intelectuales como Jean Paul Sartre o Simone de Beavoir, celebraron su victoria.

Fidel Castro firma como primer ministro de Cuba en 1959

El mismo año de 1959 Castro puso en marcha la primera ley de reforma agraria, que supuso la expropiación de los grandes latifundios azucareros, muchos de ellos norteamericanos, más una serie de medidas de corte social. Los colegios religiosos fueron nacionalizados, se luchó contra el analfabetismo, y se logró que la educación y la salud fueran universales y gratuitas.

Pero Castro abandonó su promesa de elecciones libres emprendiendo un contundente reordenamiento de las instituciones, mientras que los fusilamientos de los primeros años eran criticados en el exterior.

Las relaciones con Estados Unidos se tensaron adoptando los norteamericanos las primeras medidas del embargo económico, lo que sería contestado por Castro reanudando las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, que habían sido interrumpidas por Batista en 1952.

No hay consenso sí fue Castro con su apuesta por la vía socialista quien arrastró a Estados Unidos al enfrentamiento, o si fueron los gobiernos norteamericanos con su intolerancia a las medidas revolucionarias la responsable de que Castro se decantara por la protección de Moscú y por una ideología que no era la originaria de la revolución. Las diferencias con estados Unidos condicionaron la política nacional cubana y sirvieron a Castro de justificación para todo.

Fidel Castro fue protagonista, en mayo de 1961, en la derrota de la invasión de Bahía de Cochinos, operación organizada y financiada por la CIA en tiempos de Eisenhower y heredada por Kennedy, que le sirvió para declarar el carácter socialista de la revolución y unir aún más a los cubanos en torno a él. Un año más tarde, 1962, también sería protagonista de la Crisis de los Misiles, cuando en el pulso entre Estados Unidos y la Unión Soviética, Cuba se convirtió en pieza clave, estando el mundo estuvo al borde de la guerra nuclear.

Crisis de los Misiles: instalación de los misiles en suelo cubano

También apoyaría Castro y su gobierno las guerrillas y los diferentes movimientos insurgentes en áfrica y Latinoamérica en las décadas de 1970-80.

Tras la caída del comunismo en Europa Castro se enrocó en sus ideas de "socialismo o muerte", pero en los noventa se vio obligado a iniciar una tímida reforma económica que implicó la legalización del dólar y la apertura a la iniciativa privada, lo que rompía con el igualitarismo que propugnaba la revolución y la empezaba a minar por dentro. La economía cubana se desmoronaba y se adoptaron medidas que se contraponían con el ideal revolucionario como la autorización del trabajo por cuenta propia, sí bien con reminiscencias del siglo XIX (forrador de botones, carretonero, aguador, etc.). La iniciativa privada fue abriéndose paso hasta que Castro la frenó en seco a principios del S.XXI momento en que Cuba volvía al centralismo férreo en lo económico y político, enviando a un grupo de disidentes a la cárcel lo que le valió una unánime condena internacional.

En el verano de 2006, tras una grave enfermedad, su hermano Raúl Castro se hizo cargo del Gobierno y del liderazgo del Partido Comunista Cubano, quedando Fidel en un segundo plano. Se iniciaba así un proceso de reformas aperturistas (permitir viajes de turismo al extranjero, mayor autonomía a las empresas estatales, medidas para impulsar la inversión extranjera, etc) y  muy controlado para democratizar la vida de la isla que incluía la reanudación del diálogo con la Unión Europea y con Estados Unidos, con éste último país se reanudarían incluso las relaciones diplomáticas en 2015. Aunque queda aún un largo camino por recorrer hasta llegar a la democratización total del país.

Fidel Castro junto a su hermano Raúl Castro

Fidel Castro ya no participaba de las decisiones del gobierno, aunque seguía siendo considerado un referente del régimen cubano, y un icono revolucionario para muchos, para otros tantos no fue más que un dictador y un tirano. Pero lo que no se le puede negar es que fue protagonista de muchos momentos de la historia de la segunda mitad del S.XX.

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Referencias:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/26/actualidad/1480139571_674437.html?rel=mas


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