29 octubre, 2016

LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA: UN EJEMPLO DE RENOVACIÓN Y MODERNIDAD

Un 29 de octubre de 1876, hace justo 140 años, se inauguraba la Institución Libre de Enseñanza. La ILE fue fundada por un grupo de de catedráticos, entre los que se encontraba Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón, separados de la Universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral. Eso sucedía en 1867, en una España con un índice de analfabetismo muy elevado, aunque con la revolución de 1868, conocida como la "Gloriosa", recuperaron las aulas temporalmente, ya que con la Restauración Borbónica de 1874 se vieron nuevamente fuera del sistema.

Edificio de la Institución Libre de Enseñanza

Por ello, se vieron obligados a continuar su tarea educadora al margen de los centros universitarios del Estado, mediante la creación de un establecimiento educativo privado, cuyas primeras experiencias se orientaron hacia la enseñanza universitaria, y más tarde, a la educación primaria y secundaria. Y así, de aquella represión educativa nacería el deseo de una educación libre y moderna.

Prestigiosos intelectuales como Joaquín Costa, Leopoldo Alas "Clarín",José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Antonio Machado, Joaquín Sorolla o Santiago Ramón y Cajal, entre otros, estaban comprometidos con la renovación educativa, cultural y social impulsada por la ILE. De hecho, gracias a la Institución Libre de Enseñanza, llegarían a España las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas ya aplicadas y reconocidas en Europa. 

Clase de primaria de la Institución Libre de Enseñanza
La Institución Libre de Enseñanza destacó al promover un modelo pedagógico en el que se podía ver un importante cambio en la metodología de la enseñanza. Y así, la ILE supuso una auténtica revolución en aspectos intocables en la educación tradicional en España, como mezclar a alumnado de todas las edades y de distinto sexo. No había libros de texto ni clases magistrales ni exámenes, se daba clase al aire libre, se hacían excursiones y se buscaba crear interés y motivación en el alumnado del mundo que le rodeaba. Se trataba de ayudar a construir en el alumnado un pensamiento crítico, individual y autónomo, y donde el deporte, la cultura y el respeto a la naturaleza tenían una función importante. Se primaba educar y formar ciudadanos de una forma integral.

De hecho, Giner de los Ríos afirmaba:

"Sí veis  en la escuela niños quietos, callados, que ni ríen ni alborotan es que están muertos: enterradlos. Transformad esas antiguas aulas: suprimid el estrado y la cátedra del maestro. En torno al profesor, un círculo poco numeroso de escolares activos, que piensan, que hablan, que disputan, que se mueven, que están “vivos” en suma, y cuya fantasía se ennoblece con la idea de una colaboración en la obra del maestro".

El más conocido rector de la Institución Libre de Enseñanza fue Francisco Giner de los Ríos (pedagogo, filósofo y ensayista) firme defensor del nuevo proyecto educativo impulsado por la ILE. Antes que rector fue profesor y compaginó estas funciones con la de director del BILE (Boletín de la Institución Libre de Enseñanza) que se convirtió en una publicación que no sólo informaba sobre la marcha del centro sino que daba a conocer el movimiento intelectual contemporáneo. Labor suya sería también la búsqueda de colaboradores que ayudaran a mantener la ILE. 

Es de destacar la larga y brillante lista de colaboradores del Boletín: Bertrand Rusell, Charles Darwin, León Tolstoi, H.G Wells, Henri Bergson, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Emilia Pardo Bazán, entre otros.

Francisco Giner de los Ríos
La labor de la Institución Libre de Enseñanza influiría en los poderes públicos que iniciaron importantes reformas en los terrenos jurídico, educativo y social, unas reformas que eran muy necesarias en la España de aquel momento. También se crearon organismos como el Museo Pedagógico, y la Junta para la Ampliación de Estudios, de la que dependían el Centro de Estudios Históricos, el Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales o la Residencia de Estudiantes. Los intentos de renovación pedagógica cristalizaron desde 1907 hasta 1936 con otras iniciativas pioneras como el Instituto Escuela, las colonias escolares de vacaciones, la Universidad Internacional de verano de Santander o las Misiones Pedagógicas que durante la Segunda República divulgarían la cultura entre los pueblos más atrasados y pobres del país.

Pero el proyecto educativo de la Institución Libre de Enseñanza fue tan ambicioso e innovador que con el tiempo se ganó el rechazo de los sectores más conservadores de la sociedad. Con la Guerra Civil Española todo ese esfuerzo de modernización se destruyó, se confiscaron todos los bienes de la ILE, la mayoría de los institucionistas tuvo que exiliarse y los que se quedaron tuvieron que enfrentarse a la censura, la persecución o el ninguneo de su labor, pues era considerada antinacional, de hecho uno de los objetivos de la depuración a pequeña escala realizada por la dictadura fueron los maestros.

Durante un corto período de tiempo (1876-1936) España gracias a la labor de la Institución Libre de Enseñanza alcanzó la sintonía cultural y científica con Europa. Y sin duda, sí se hubiera mantenido el trabajo realizado por la ILE el desarrollo del país hubiera sido muy distinto, pues la involución en materia educativa tras la guerra civil fue un lastre muy considerable.


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