25 febrero, 2019

LA LEYENDA DE TESEO Y EL LABERINTO DEL MINOTAURO

Mosaico de Teseo y el Minotauro
La leyenda de Teseo es, junto con la de Heracles, una de las más importantes en las tradiciones de los primitivos pueblos griegos. Las hazañas de Teseo tuvieron lugar en el Ática, donde se encuentra Atenas.

El nacimiento de Teseo se inicia el día que Egeo fue a consultar el oráculo de Delfos, ya que al rey de Atenas le preocupaba morir sin descendencia. La respuesta del Oráculo intrigó al rey, que partió sin comprenderla. Egeo se dirigió a Trecén, para pedirle ayuda a Piteo, que comprendió enseguida la misteriosa respuesta del oráculo, unos versos oscuros que prohibían "desatar el odre de vino antes de haber llegado a Atenas".

Sabiendo lo que había que hacer, Piteo se las arregló para que esa noche Egeo se embriagara, y cuando ya dormía su borrachera acostó a su lado a su hija Etra, con la que se unió Egeo. El hijo nacido de esa unión sería Teseo.

Otra versión diferente sobre el nacimiento de Teseo alude a que Teseo era hijo de Poseidón, rey de los mares, y que la misma noche en que Etra se unió a Egeo, había sido engañada por un ensueño que le había enviado Atenea, en el cual al acudir a una isla para ofrecer un sacrificio a los dioses, durmió con Poseidón, con lo que el hijo que Etra tuvo fue del dios del Océano y no de Egeo.

Sean cuales fueran sus orígenes, Teseo pasó sus primeros años al cuidado de su abuelo Piteo, ya que su padre temía que sus sobrinos los Palántidas, que conspiraban para usurpar el trono de Atenas, pudieran raptar a Teseo.

Egeo partió solo hacia Atenas, escondiendo una espada y un par de sandalias detrás de una gran roca. El secreto se lo confió a su esposa Etra, que no debía revelarlo hasta que Teseo fuese lo bastante fuerte para mover la roca por sí solo. Una vez armado con la espada y calzado con las sandalias, Teseo debía partir secretamente en busca de su padre y evitar que sus primos lo perjudicaran con sus intrigas.

Pero antes de ello, Teseo creció en Trecén y fue en esos años de infancia cuando conoció a Heracles. Dicen las leyendas que el pequeño Teseo quedó embobado con las aventuras del héroe y un día en que Heracles, huésped de Piteo, se quitó la piel de león que le acompañaba, los niños del palacio entraron en la habitación y, creyendo que el león estaba  vivo, huyeron. Solo Teseo, que contaba con siete años, cogió un arma de uno de los criados y atacó sin miedo a la fiera.

Cuando Teseo cumplió los dieciséis años Etra consideró que ya era lo suficientemente fuerte como para revelarle el secreto de su nacimiento, y lo condujo junto a la roca donde Egeo había escondido las espada y las sandalias. El joven Teseo, de un empujón cambió la roca de lugar, cogió los objetos y se encaminó a Atenas para darse a conocer.

Teseo y su madre Etra de Laurent de la Hyre 

Su madre antes de partir y, siguiendo las recomendaciones de Egeo, le rogó que tomase la ruta marítima para trasladarse de Trecén al Ática para evitar peligros, su abuelo Piteo también le recomendó no seguir la ruta terrestre a lo largo del Istmo de Corinto, por los bandidos que asolaban el lugar. Pero Teseo desoyó los consejos, celoso de la gloria de Heracles, y se propuso alcanzar mayor fama que aquel. Y lo hizo enfrentándose a graves peligros antes de llegar a Atenas, mientras avanzaba por el terrible Istmo de Corinto.

Así Teseo dio muerte, en Epidauro, a Perifetes y se apoderó de su maza. En Céncreas, se deshizo de otro bandido llamado Sinis, que descuartizaba a los viajeros sirviéndose de un pino. También venció a la cerda de Cromión, fiera que ya había matado a muchas personas. Cuando se encontraba en las rocas Escironias, exterminó a otro bandido, terror de la región, llamado Escirón. En Eleusis terminó con el bandido Cerción, y más tarde hizo lo propio con su compañero Damastes.

Superadas todas estas pruebas, Teseo fue purificado en las riberas del Cefiso de las muertes que había llevado a cabo, pudiendo entrar así en Atenas.

Teseo llegó a Atenas precedido de una gran fama de aniquilador de monstruos y Medea adivinó su verdadero origen. Pero Egeo, que ignoraba que este extranjero era su hijo, tuvo miedo. Medea no reveló nada, y persuadió a Egeo para que invitara al joven a un banquete con el pretexto de honrarlo. Pero en realidad, Medea tenía la intención de envenenarlo durante el banquete y deshacerse de Teseo.

El joven Teseo aceptó la invitación y no quiso darse a conocer de inmediato. Pero durante la comida sacó la espada que le había dejado su padre, haciendo como que la necesitaba para cortar con ella la carne. Al verlo, Egeo arrojó al suelo el veneno de la copa, ya preparada, y reconoció oficialmente a su hijo ante todos los ciudadanos. Medea fue repudiada y desterrada por Egeo.

Ya reconocido por su padre, Teseo hubo de luchar contra sus primos, los cincuenta hijos de Palas (hermano de Egeo). Como Egeo había permanecido sin descendencia, los Palántidas esperaban hacerse con la sucesión, pero con la llegada de Teseo, esa posibilidad se les escapaba, por lo que se amotinaron y trataron de apoderarse por la fuerza de Atenas.

Los Palántidas se dividieron en dos grupos. El primero atacó la ciudad desde Esfeto, mientras el segundo preparaba una emboscada en Gargeto, con la intención de atacar al enemigo por la espalda. Pero un heraldo de Agnunte, llamado Leos, reveló a Teseo el plan, lo que le permitió anticiparse con sus huestes y coger por sorpresa a los emboscados, a los que aniquiló. Los demás se dispersaron, y la guerra terminó.

El rey Minos de Creta exigía de Atenas un tributo de siete jóvenes y siete doncellas que se debía pagar cada nueve años. Cuando llegó el momento de hacerlo efectivo por tercera vez, los atenienses arremetieron contra Egeo. Teseo decidió ayudar a su padre y se ofreció voluntario para ser enviado a Creta.El trato impuesto por Minos establecía que los jóvenes debían presentarse sin armas, pero que si conseguían matar al Minotauro, al que se les arrojaba como pasto, podrían regresar libres a Atenas.

Teseo y Ariadna de Angélica Kauffmann

Antes de partir, Teseo recibió de su padre dos juegos de velas para el barco. Unas velas negras para la ida (puesto que se preveía un viaje funesto) y velas blancas para la vuelta si la expedición resultaba victoriosa.

El Minotauro era un engendro con cabeza de toro y cuerpo de hombre al que los griegos suponían hijo de Pasífae, esposa de Minos, y de un toro que había enviado Poseidón a enamorar a la mujer del rey de Creta. El rey sintió vergüenza del toro y para ocultarlo y olvidarse de sus orígenes recurrió  al famoso arquitecto ateniense Dédalo, que construyó un palacio que impediría que los cretenses lo vieran, conocido como el Laberinto. Se trataba de una construcción cuyas salas y pasajes formaban un rompecabezas al que nadie, salvo Dédalo, podía llegar hasta el patio donde se tenía encerrado al Minotauro.

Cuando Teseo llegó a Creta él y sus compañeros fueron recluidos en el enrevesado Laberinto. Ariadna, una de las hijas de Minos, se enamoró de Teseo y le entregó un ovillo de hilo para que no se perdiera, a condición de que se casara con ella sí lograba derrotar al Minoturo. El joven héroe se dio cuenta de que esa ayuda lo salvaría a él y a sus compañeros, y les pidió que se mantuvieran juntos y esperaran su regreso, aunque varios jóvenes se ofrecieron a acompañarle.

Teseo avanzó a tientas por infinitos corredores que desembocaban en oscuras salas de mármol de las que partían a su vez varios pasajes en distintas direcciones. Guiado por su instinto Teseo recorrió el Laberinto en su encuentro con el Minotauro.

Al doblar un recodo se encontró un enorme patio de basalto y en uno de sus extremos percibió a la bestia. Sin querer soltó el ovillo que produjo un estruendo y fue rodando hasta el recoveco donde bufaba el Minoturo. Teseo advirtió que una masa negra, brillante y voluminosa se movía y se abalanzó sobre el monstruo con rapidez, el cual torpemente se quedó inmóvil en el centro de la estancia, y descargó golpe tras golpe hasta acabar con el.

Teseo vence al Minotauro de Charles Edouard Chaise


Cuando más tarde Teseo apareció donde había dejado a los jóvenes atenienses, todos le aclamaron y agradecieron su valentía al salvarles la vida.

El héroe cumplió la palabra dada a Ariadna y se casó con ella. Para que nadie los persiguiese Teseo hundió todos los navíos cretenses y se hizo a la mar con Ariadna y los jóvenes atenienses, cuya amistad y fidelidad siempre conservó.



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Referencias:
Robert Graves (1965). Dioses y héroes de la antigua Grecia. Lumen.

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