19 julio, 2017

LOS VIKINGOS (II)

Con los años la sociedad vikinga fue cambiando. Las familias más influyentes van acumulando más poder y territorios, sentando las bases de mayores unidades político-administrativas y apareciendo las primeras ciudades. Los mercados y las ciudades vivían del comercio y la artesanía, y aunque los vikingos afincados en núcleos urbanos también criaban ganado y se dedicaban a tareas agrícolas y pesqueras para cubrir las necesidades básicas, las ciudades eran seguramente abastecidas por las comarcas rurales cercanas. Hay ciudades que han perdurado en el tiempo como Ribe en Jutlandia occidental o York y Dublín.

Maqueta de un poblado vikingo

Las ciudades vikingas existían zonas bien reguladas con claros límites entre las fincas, las calles y  fortificaciones alrededor del núcleo urbano. Algunas de las ciudades fueron planeadas, y seguramente muchas fueron fundadas por decreto real, y el rey o sus hombres de confianza tomaron parte en la planificación urbana y la distribución de parcelas. Sin embargo los servicios de limpieza pública no estaban tan organizados, y las investigaciones han hallado residuos y desperdicios en gruesas capas, lo que lleva a pensar que el hedor y la inmundicia debieron de crear unas condiciones bastante desagradables e insalubres.

La mitología ocupa un lugar importante dentro de las sociedades vikingas. Hacia fines de la era vikinga se impuso el cristianismo en los países nórdicos, sustituyendo así a las numerosas deidades paganas que ejercían su poder sobre la existencia humana. El anciano y sabio Odín era el dios supremo. Tor, el dios de la guerra. Frøy velaba por la  fertilidad de los campos, los prados y los animales domésticos. Loke era entendido en magia, pero tan ladino que las demás deidades confiaban poco en él. Los dioses tenían enemigos peligrosos, llamados jotner, que simbolizaban los aspectos sombríos y tenebrosos de la existencia.

Díos Odín

Las mejores referencias de los dioses paganos datan de la época cristiana, puede que imbuidas de la nueva creencia. Topónimos de origen vikingo basados en deidades aparecen en granjas como Torshov o Frøyshov, y los que llevan el sufijo "hov" indican que debió existir un templo pagano en la finca.

Las deidades de la mitología escandinava muestran rasgos humanos y, como los dioses del Olimpo helénico, llevan una vida intensa, luchando, comiendo y bebiendo, entre otras cosas. Los guerreros caídos en el campo de batalla iban directamente a la mesa de los dioses. Las costumbres funerarias manifiestan que los muertos necesitaban el mismo ajuar en la otra vida que en la terrenal. En la época vikinga los muertos podían ser incinerados o enterrados, pero la costumbre de las ofrendas fúnebres siempre era la misma. La abundancia de ofrendas refleja diferencias de costumbres funerarias y de rango social. En Noruega por ejemplo, las prácticas mortuorias son particularmente opulentas, y son una importante fuente de conocimientos de la vida cotidiana de la época vikinga. Todos los objetos que se ofrendaban para la vida de ultratumba dan una visión detallada del mundo de los vikingos, aunque los restos por el paso del tiempo estén deteriorados y sean escasos. En los lugares habitados tanto en la ciudad como en el campo se han encontrado objetos perdidos y destrozados, restos de casas, de alimentos o desperdicios artesanales, en las tumbas se halla el mejor ajuar de los muertos. Se da a entender en los textos legales que lo que hoy día se llama medios de producción, la tierra y el ganado, pertenecían a la familia. Las ofrendas fúnebres eran pertenencias personales.

Otro aspecto reconocido a la sociedad vikinga es que era una sociedad violenta: en casi todas las tumbas de varones se han encontrado armas. Un guerrero bien equipado debía tener espada, escudo de madera con un abultamiento de hierro en medio para proteger la mano, lanza, hacha y arco con unas 24 flechas. El yelmo y la armadura que llevan casi siempre los vikingos en los grabados modernos, son muy raros en los yacimientos arqueológicos. Y los curiosos yelmos con cuernos tan habituales en las representaciones no se han encontrado nunca entre los objetos propios de la época vikinga.

Funeral vikingo

Pero en las tumbas también se evidencian quehaceres más pacíficos y junto a las armas aparecen hoces, guadañas y azadones. En las sepulturas de herreros se hallan martillos, yunques, tenazas y lima. Al campesino costero a menudo enterrado junto a su embarcación le acompañan sus aparejos de pesca. En la tumbas femeninas se han hallado joyas personales, utensilios de cocina y textiles.  También las mujeres fueron frecuentemente inhumadas en embarcaciones. A lo largo del fiordo de Oslo las condiciones naturales han permitido que algunas tumbas se hallan conservado excepcionalmente ofreciendo una variedad completa de ofrendas fúnebres. Los hallazgos funerarios de las embarcaciones de Oseberg, Tune y Gokstad (actualmente en el Museo de Barcos Vikingos de Oslo) son ejemplos de lujo y opulencia, y aunque no se sabe con certeza quienes eran los muertos, sí se sabe que pertenecían a una clase social alta, puede que fueran miembros de la realeza. Las tres embarcaciones datan del S.IX y fueron utilizadas como cámaras mortuorias.

Hallazgo de la embarcación funeraria de Gokstad

En los funerales, la embarcación era sacada a tierra y depositada en un hoyo cavado en ella. Detrás del mástil se erigía una cámara funeraria, donde se depositaba el cadáver sobre un lecho, ataviado con su mejor vestimenta. El resto de las ofrendas mortuorias se traía a bordo, se sacrificaban caballos y perros y se levantaba un alto túmulo sobre la embarcación. Se han hallado barcos funerarios incinerados (países nórdicos y Europa occidental) y otros que no (Oslo). También era habitual depositar lujosas armas, utensilios como remos y planchas de desembarco, cazos y ollas para la tripulación, tiendas de campaña y, muchas veces, finas vasijas de bronce importadas que seguramente contenían alimentos y bebida para el difunto.

Muchas tumbas fueron profanadas, desapareciendo las joyas y armas que hubieran originalmente, sien embargo, los objetos de madera, cuero o textiles, carentes de interés para los profanadores, se han conservado hasta la actualidad.

En las tumbas femeninas como la de Oseberg junto a la difunta de más rango yacían objetos que simbolizaban su dignidad como ama de casa y administradora de una finca importante. Se supone que las mujeres asumían la responsabilidad principal de la explotación de las granjas mientras los hombres llevaban a cabo sus expediciones. Las mujeres hilaban y tejían, vigilaban las faenas agrícolas o se encargaban de la producción de leche, queso y mantequilla. Ya se hiciera el viaje al más allá por tierra o por mar, era importante realizarlo de acuerdo con la posición social.

Dragón de madera tallada de Oseberg
En los enterramientos vikingos de alcurnia han aparecido objetos de madera profusamente tallados, pero el arte vikingo también se conoce por las joyas de metal de pequeño tamaño con motivos similares a los de la talla en madera, predominando los animales fabulosos que se retuercen y entrelazan formando un tupido diseño desordenado.

En el curso de la época de los vikingos, el arte de la construcción naval fue evolucionando de modo que al final había embarcaciones de guerra construidas para navegar con rapidez y llevar muchos hombres, y barcos mercantes menos veloces, pero con casco de mayor cabida para transportar mercancías. Los barcos mercantes no llevaban tanta tripulación, y estaban concebidos más bien para la navegación a vela que a remo.

Finalmente hacia el año 1.000 fueron disminuyendo las expediciones vikingas. Los hombres del norte se convirtieron al cristianismo lo que puede que influyera a frenar el ritmo de las incursiones. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían unificado en reinos independientes. Y aunque la existencia no siempre fuera pacífica en esos reinos cristianos, las hostilidades eran originadas por las distintas alianzas de los reyes. Las naciones podían declararse la guerra, pero los tiempos de discordias intestinas y colonización habían terminado. Siguieron cultivándose los contactos comerciales establecidos en la era vikinga, pero ahora los países nórdicos formaban parte de la Europa cristiana.



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Referencias:
Los Vikingos, Arne Emil Christensen


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