23 abril, 2017

LA LEYENDA DE EDIPO: LA VOLUNTAD DE LOS DIOSES

Layo y Edipo de Francesco Nenci
Edipo es el protagonista de una de las más celebres leyendas griegas y ha dado vida a un mito que ha pasado a la historia.

Las desventuras de este héroe son el resultado de la preocupación de los grandes poetas griegos por los problemas que tenían importancia para su tiempo, sino de los grandes problemas que transcienden los siglos porque reflejan la situación humana, que son criaturas limitadas por su mortalidad y debilidad.

Para comprender el drama de Edipo hay que entender que la religión de los griegos concede poca importancia a los hombres, ya que éstos fueron creados por un dios menor como fue Prometeo, y están en inferioridad con los dioses, que gobiernan en su propio interés y con los cuales sólo les une un vínculo de sometimiento.

Zeus, como custodio de la justicia y del ordenamiento moral, ya advirtió a los mortales que sus crímenes serían castigados, y así en la historia de Edipo se da un encadenamiento de culpa y castigo que difícilmente los hombres reconocerían como la mano de los dioses repartiendo justicia.

Para este tipo de héroes el valor principal era el honor, pero pagaban con su vida esa reivindicación.

La leyenda de Edipo se forja cuando según un antiguo oráculo, la maldición castigaría a Layo (rey de Tebas casado con Yocasta) sí engendraba un hijo. El oráculo añadía también que este hijo no sólo mataría a su padre, sino que además causaría una terrible tragedia.

El rey aunque creía en los oráculos, pensaba que se trataba  sólo de un aviso, que no significaba  la fatalidad de su cumplimiento, y se lo ocultó a su esposa.

Así pues, Layo y Yocasta concibieron a Edipo, una noche en que Layo estaba bajo los efectos de la bebida. Para que la maldición no se cumpliera, Layo perforó los tobillos del niño y los ató con una correa (era una forma muy primitiva de aplacar la ira de los dioses cuando sus consejos eran desobedecidos por los mortales). Al niño se le hincharon los pies y de ahí su nombre, pues Edipo significa pie hinchado.

Layo decidió deshacerse del niño y lo confió a un criado para que se encargara de él. Tras varios intentos, una dama noble que hacía el trayecto contrario al que hacía el criado le hizo detenerse y al ver al niño, preguntó al criado quienes eran sus padres y éste le contestó que no podía darle el nombre, pero que se trataba de un gran señor cuyas obligaciones no le permitían tener consigo a su hijo.

Edipo y la Esfinge
Gustave Moreau (1864)

Esta mujer era Peribea, esposa de Pólibo, rey de Corinto, y se ofreció a adoptar al niño. Los reyes de Corinto, muy respetados por sus súbditos por su bondad, no eran felices porque no podían tener hijos.

Edipo creció feliz en la corte de Corinto. Pólibo le rodeó de maestros que le dieron una completa educación. Los jóvenes de la corte lo envidiaban. Cuando Edipo alcanzó la mayoría de edad varios de sus caballos le fueron robados. Edipo reconoció al ladrón, era el hijo de una familia noble de Corinto, al que creía su amigo pero que no era tal porque siempre le había tenido envidia y acabó confesándole la verdad, que era el hijo bastardo de los reyes.

Pólibo no tuvo más remedio que reconocer los hechos, de cómo fue encontrado y adoptado. Y pese al cariño que Edipo sentía por sus padres adoptivos quiso conocer a sus verdaderos padres y, salió una noche, sin decir nada, tomando el camino de Delfos, para consultar el oráculo y saber así quien era su padre.

Viajando por un estrecho camino (la encrucijada de Megas) divisó a dos hombres, que no eran otros que el rey Layo y su emisario Polifontes, el cual exigió a Edipo que dejara el paso libre a su señor. Edipo protestó y Polifontes mató al caballo de Edipo que enfurecido mató primero al emisario y luego al anciano rey Layo. De este modo la profecía se cumplía.

Edipo llegó a Tebas al anochecer, que estaba de luto por la muerte del rey Layo.

Al día siguiente, paseando por la plaza conoció el enfrentamiento entre la Esfinge y los tebanos. La Esfinge, mitad león y mitad mujer y con alas, planteaba enigmas a los tebanos que no eran capaces de resolver lo que suponía ser devorados por la Esfinge, tras estrangularlos, de ahí su nombre.

Edipo decidió someterse a las pruebas de la Esfinge:

-El primer enigma decía así "¿Cuál es el ser que anda ora con dos, ora con tres, ora con cuatro patas y que, contrariamente a la ley general, es más débil cuantas más patas tiene?
Edipo contestó que la respuesta era el hombre, puesto que cuando es niño camina a cuatro patas, luego con las dos piernas y finalmente, se apoya en un bastón.

-El segundo enigma, era el siguiente "Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera". Con este enigma la Esfinge anunció que sí Edipo lo acertaba se declararía derrotada y dejaría en paz a los tebanos.
La respuesta acertada de Edipo fue, el día y la noche.

Los tebanos quisieron premiar a Edipo por haberlos liberado de la Esfinge, y lo proclamaron rey, entregándole como esposa a la viuda de Layo, Yocasta, con la que tuvo cuatro hijos, los gemelos Eteocles y Polinices, y dos mujeres Antígona e Ismene

El secreto de Edipo se ignoró durante años en los cuales se ganó el cariño de los tebanos por su bondad y prudencia.

Pero un buen día el reino de Tebas se vio invadido por una mortal peste enviada por los dioses y ningún sacrificio sirvió para detenerla. La asamblea de Tebas hizo llegar sus súplicas a Edipo, que envió a su cuñado Creonte al Oráculo de Apolo en Delfos, para saber el motivo por el cual los dioses castigaban a Tebas de esa manera.

A su regreso, Creonte contó que la plaga de peste era un castigo de los dioses por el asesinato del rey Layo. Mientras el culpable no pagara por su crimen Tebas padecería las consecuencias. Creonte anunció además que el oráculo afirmaba que el asesino se encontraba entre ellos.

La peste de Tebas/Jean François Jalabeat (1849)

Edipo hizo que le contaran la historia del asesinato de Layo y tomó medidas para dar con el autor del crimen y causante de la desgracia que asolaba a los tebanos. Edipo hizo traer a Tiresias,  un adivino (ciego) conocido por su sabiduría,  al que pidió ayuda para encontrar al asesino.

Tiresias le contestó "¡Terrible cosa es saber aquello que tare desgracia al que lo sabe!"

Las oscuras palabras del augur enfadaron tanto a Edipo que acusó a Tiresias de encubridor y cómplice de la muerte de Layo. Ofendido, Tiresias le espetó la terrible verdad "Tu eres el verdadero regicida y vives en relaciones incestuosas con Yocasta".


Edipo acusó a Tiresias de hechicero y mentiroso, pero en realidad Edipo se dio cuenta de todo y comprendió que él había sido quien había dado muerte al rey Layo. Además, llegó un mensajero de Corinto anunciando la muerte de Pólibo (padre adoptivo de Edipo) revelando que Edipo era un niño abandonado.

Edipo enloqueció y clamó al cielo su castigo y el de Yocasta, su madre y esposa. Y desesperado por la culpa se quitó la vista con sus propias manos y se exilió de Tebas para pagar su falta (aunque existen diferentes versiones, como también sobre la muerte de Yocasta). Yocasta se suicidó al conocer la verdad.

Así pues, Edipo, que había desafiado grandes enigmas, fue incapaz de resolver el sino de su vida, pero quizás no tenía forma de evitarlo, ya que su destino había sido voluntad de los dioses.

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Referencias:
Robert Graves (1965). Dioses y héroes de la antigua Grecia. Lumen.

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