29 enero, 2017

ANÉCDOTAS URBANÍSTICAS Y NOVELERAS DE LA ANTIGUA REALEZA ESPAÑOLA

La entrada de esta semana se centra en un par de anécdotas curiosas que tienen como protagonistas a reyes y reinas que lo fueron de España.

Las anécdotas y las curiosidades sobre historia por su carácter, casi siempre divertido y curioso, son una manera de acercar a la gente, y muchas veces a los más jóvenes, a la Historia. Se empieza por una pequeña anécdota o curiosidad y, ya se instala la semilla por querer saber un poco más sobre este o aquel monarca, por aquel hecho o acontecimiento del pasado. Estas pequeñas historias de la historia hacen que la misma historia "entre" mucho mejor y capta enseguida la atención. Es una manera de que el interés por la Historia surja, a quien no se haya sentido atraído por ella, claro. Luego ya habrá lugar para ampliar y profundizar en ese interés. Como iniciación a la Historia las curiosidades y anécdotas son, sin duda, un buen y lúdico comienzo.

Carlos III de Anton Raphael Mengs (1760)
La primera anécdota tiene como protagonista al monarca Carlos III, perteneciente a la casa de Borbón, y al que se le conocía como "el Mejor Alcalde de Madrid". Fue un monarca que intentó modernizar la sociedad utilizando el poder absoluto del Monarca bajo un programa ilustrado, como ya se hacía en Europa donde las ideas de la Ilustración calaron antes, conocido como Despotismo Ilustrado. Eso sí los cambios no podían romper el orden establecido a nivel social, político y económico. Como rezaba el famoso lema "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo".

Pues la anécdota de Carlos III cuenta que como el monarca emprendiera numerosas obras en la capital de España, Madrid, para equipararla a las otras capitales europeas que habían ya hecho lo propio. Entre los muchos proyectos estaba construir un sistema de conductos de canalización de las aguas, cuyo propósito era el de limpiar la ciudad de residuos. Pero, contrario a lo que se esperaba, la propuesta no fue el agrado de los madrileños, por lo que el rey ilustrado exclamaría:

"Mis súbditos son como niños pequeños. Lloran cuando se les lava".

Seguro que esa sería una primera impresión de los madrileños no acostumbrados a esas moderneces, y seguro que con el tiempo lo agradecieron.


Isabel II de Luis Madrazo (1860)
La segunda anécdota fue protagonizada por otra de las reinas españolas, Isabel II (1830-1904), conocida como la de "Los tristes destinos" y que pudo reinar a la muerte de su padre Fernando VII, al derogarse la Ley Sálica. El hermano del rey Carlos María Isidro de Borbón no lo aceptó y carlistas e isabelino se enzarzarían en la primera Guerra Carlista. Su matrimonio con su primo Francisco de Asís de Borbón, fue un desastre, pero aparentaron llevarse bien. Y para rematar llegó la Revolución de 1868 la "Gloriosa" que la mandó al exilio junto a su familia.

La anécdota que se atribuye a Isabel II, cuenta que siendo la reina una fiel seguidora de una novela que se publicaba por entregas en el diario "La Nación", se dice que su autor Antonio Flores recibió una nota de la reina en la cual le exigía que le entregara un manuscrito de la obra, para así ser la primera en conocer el final de la novela. El autor de la novela, muy cortesmente le contestó:

"Majestad, lamento no poder complaceros, pero ni siquiera yo tengo idea de cómo voy a salir del enredo que he tramado. Eso sí, en cuanto lo averigüe os lo comunicaré de inmediato".

Como se ve una reina con avidez lectora.

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Referencias:
El anecdotario de Alfred


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